martes, 12 de abril de 2016

La Refalosa (poema)


Mira gaucho salvajón 
que no pierdo la esperanza 
y no es chanza 
de hacerte probar que cosa 
es «Tin Tin y Refalosa» 
ahora te diré como es: 
escuchá y no te asustés 
que para ustedes es canto 
más triste que viernes santo 
Unitario que agarramos 
lo estiramos o paradito nomás 
lo agarran los compañeros 
por supuesto, mazorqueros 
y ligao con maniador doblado 
ya queda coco con codo 
y desnudito ante todo 
¡Salvajón! 
Aquí empieza su aflicción 
luego después a los pieses 
un sobeo en tres dobleces 
se le atraca 
y queda como una estaca 
lindamente asigurao, 
y parao lo tenemos 
clamoriando y como medio chanceando 
lo pinchamos y lo que grita 
cantamos «la refalosa y tin tin», 
sin violín. 

Pero seguimos al son 
de la vaina del latón 
que asentamos el cuchillo y le 
tantiamos con las uñas el 
cogote. 
¡Brinca el salvaje vilote 
que da risa! 


Finalmente: 
cuando creemos conveniente, 
después que nos divertimos 
grandemente, decimos que al salvaje 
el resuello se le ataje; 
y a derecha 
lo agarra uno de las mechas 
mientras otro lo sujeta 
como a potr de las patas 
que si se mueve es a gatas 
Entretanto nos clama por cuanto santo 
tiene el cielo; 
pero ahí nomás por consuelo 
a su queja 
abajito de la oreja 
con un puñal bien templao 
y afilao 
que se llama quita penas 
le atravesamos las venas 
del pescuezo 
¿Y que se le hace con eso? 
larga sangre que es un gusto, 
y del susto 
entra revolver los ojos 


¡Que jarana! 
Nos reímos de buena gana 
y muy mucho 
al ver que hasta les da chucho; 
y entonces lo desatamos 
y soltamos; 
y lo sabemos 
parar para verlo 
refalar ¡en la sangre! 
hasta que le da calambre 
y se cai a patalear, 
y a temblar 
muy fiero, hasta que se estira 
el salvaje; y lo que espira 
le sacamos una lonja que apreciamos 
el sobarla y de manea 
gastarla De ahí se le cortan las orejas, 
barba, patillas y cejas; 
y pelao lo dejamos 
arumbao, 
para que engorde algún chanco, 
o carancho. 


Con que ya ves, Salvajón 
Nadita te ha de pasar 
Después de hacerte gritar 
¡Viva la Federación!


lunes, 11 de abril de 2016

"La Refalosa" de Hilario Ascasubi

La refalosa es una poesía escrita por Ascasubi en 1839 (décimo año del régimen rosista), donde se reproduce la amenaza de un "mazorquero" rosista a un gaucho que es contrario a Rosas, y en ella se comenta cómo eran las torturas utilizadas por esa milicia para lograr, a la fuerza, la adhesión al gobierno.
No es una puesta en escena sino un relato futuro. La primera palabra de la amenaza es “Mirá” (tené en cuenta lo que te va a pasar).
El relato se hace en presente, pero al ser una amenaza, se proyecta en el futuro. La voz de Jacinto Cielo, el destinatario de esta carta-amenaza, está ausente. En cambio, la voz del mazorquero ocupa todo el poema.
El unitario (la víctima) carece de palabra, pero no de voz: grita, llora, clama por los santos, se queja, brinca, se revuelca, revuelve los ojos, saca la lengua, “refala”, se estira, expira. La única frase que se coloca en boca del torturado es: “Viva la Federación”:

“Con que ya ves, Salvajón;
nadita te ha de pasar
después de hacerte gritar
¡Viva la Federación!”

En “La refalosa” se muestra el placer del victimario…
“¡Que jarana!
nos reímos de buena gana
y muy mucho
de ver que hasta les da chucho”

… y el dolor de la víctima.
“Larga sangre que es un gusto,
y del susto
entra a revolver los ojos”

Archivo http://elranchodefierro.magix.net/public/index.html

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